Emprender en Cuarentena

Ay 2020 llegaste repleto de sorpresas y vaya que sorpresas!  Para muchos, al igual que a mi, este año ha sido un completo desafío y un llamado a la reinvención constante, mantener movimiento para no caer ante los diferentes escenarios que nos pone de frente la vida.

Y es que no es para menos, todos nos hemos visto afectados de una forma u otra: familias donde papá y mamá trabajaban, uno o ambos han pedido su fuente de ingreso, otros han perdido sus techos y muchos han visto apagarse los sueños que mantenían la llama de sus corazones ardiendo.

De una forma u otro nos ha tocado reinventarnos, buscar la forma de combatir la rudeza de los fuertes golpes económicos que nos lanzan las situaciones de crisis que atraviesa nuestro Puerto Rico y el mundo.  ¿Que si ha sido fácil? Te puedo asegurar que no pero tampoco imposible.

Recuerdo a mi padre decirme, cuando le hablaba de algún problema que no tenía solución: Tanita vamos a buscarle la vuelta a esta vaina, vamo' arriba! Levanta el ánimo.  Siempre entusiasta y dispuesto a reinventarse mil y una vez.  Y es lo que con mis palabras deseo inyectarte hoy.  No es lo dura de la situación sino la disposición que tengas de reinventarte mil y una vez.

Una frase muy conocida reza que "de los cobardes no se ha escrito nada" y yo amiga/o deseo que de mi digan aunque sea "cada vez que cayó se pudo poner de pie".  No es la velocidad que lleves, es el ritmo constante con que vayas caminando, pasito a pasito, paso corto, paso doble, "jogiando", corriendo... es mas gateando, pero camina, avanza, no te detengas.  Toma acción, reinvéntate un millón de veces si es necesario, pierde la vergüenza y lánzate "sin vergüenza".  Ten valor, el coraje y la determinación de quitarle a la crisis el lápiz de tu vida y empieza a escribir tu misma/o tu propia historia de superación.

Eres grande... Te veo grande!

Tania Minaya, 

BBA, MBA, MHR, CEO & Founder de Inspire W Crafts

PD. Madre soltera hace 20 años que no ha dejado que la crisis le arrebate el lápiz para escribir su propia historia de superación. Dios y yo siempre hemos sido mayoría.